Belén Alejandra Jaurena Farías

En los ecosistemas, los seres vivos interactúan entre ellos. Esto pasa porque comparten un mismo ambiente, estableciendo interacciones las cuales para algunos pueden ser perjudiciales y para otros beneficiosas, como también para algunos no les resulta ni perjudiciales ni beneficiosas. Aquí podremos revisar algunas interacciones.

Son 2 interacciones que se caracterizan por que los 2 seres vivos son beneficiados. En el mutualismo, la relación es obligatoria, por ejemplo en las micorrizas, la asociación entre raíces de plantas o árboles y los hongos; en cambio en la protocooperación no lo es, por ejemplo las relación entre plantas y abejas.

Es una interacción entre 2 seres vivos. Es ésta, uno sale beneficiado, y se llama parásito, y el perjudicado, huésped. A diferencia de la depredación, el perjudicado no necesariamente muere. Un ejemplo de esta interacción son el piojo y el humano, o el perro y la garrapata.

Es esta interacción, 2 seres vivos (de la misma o distinta especie) se perjudican entre sí para conseguir un recurso escaso en el ambiente. Un ejemplo es el león y la chita.

Aquí, un organismo sale beneficiado, y se llama depredador y otro es perjudicado, que es la presa. Ésta interacción es muy similar a el parasitismo; con la diferencia de que aquí la presa debe morir. Un ejemplo es el zorro que come ratones, o el león y cualquier presa como pueden ser las cebras, huemules, etc.

Acá, un organismo sale beneficiado y el otro no, pero tampoco es perjudicado. Un ejemplo es la garza (ave) que come los insectos espantados por el ganado que camina por el pasto. El ave se beneficia al comer, pero el ganado no sale perjudicado ni beneficiado.